Del Parque Científico del Campus de la UPV en Leioa al Centro Espacial JFK de Florida (Estados Unidos), la icónica plataforma desde donde parten desde hace décadas todas las misiones tripuladas y no tripuladas de la NASA. Es el camino recorrido por Satlantis, una firma espacial especializada en el diseño y fabricación de cámaras pequeñas y soluciones completas como nanosatélites para la observación de la Tierra, que acaba de enviar al Espacio una de sus cámaras de reducidas dimensiones y peso. Lo ha hecho en el contexto de una misión dirigida por la agencia espacial norteamericana y financiada por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Fundada como spin off de la Universidad de Florida en 2013 y compuesta por 55 personas, esta pyme vasca es hoy una de las pymes de referencia en el llamado New Space, reconoce Eider Ocerin, Directora de Estrategia de Satlantis.
La cuenta atrás ya está en marcha…
El lanzamiento de la nave de carga SpaceX CRS-24 a la Estación Espacial Internacional está programado para el 21 de diciembre, a las 5:06 a.m. EST (con el cambio horario serán las 11.06 horas en Euskadi). El lanzamiento tendrá lugar desde el Kennedy Space Center en Florida, en concreto mediante el cohete Falcon-9 de la empresa Space-X (presidida por Elon Musk), que a bordo llevará la nave Dragon en su cuarta misión de provisión a la ISS (Estación Espacial Internacional). Será la misión número 24 para esta compañía y llevará comida y provisiones a los astronautas, así como experimentos científicos a realizar en la estación.
¿Cuál es el contexto de esta misión?
CASPR es una misión colaborativa entre el centro SHREC, la universidad de Pittsburg, el programa de test espaciales del departamento de defensa de Estados Unidos y la industria, entre las cuales se encuentra Satlantis. La misión se centra en el estudio de estrategias de sensores innovadores autónomos en el Espacio.
Es la segunda nanocámara que envían al Espacio…
El instrumento se basa en lo que denominamos tecnología iSIM, que son cámaras binoculares de muy altas prestaciones comparadas con las ofrecidas por el mercado tradicional, por lo que ofrece una opción tecnológica de muy alto valor. Las cámaras van embarcadas en satélites pequeños (menores de 100 kilos), que se lanzan al Espacio y orbitan alrededor de la Tierra a una altura de unos 500 kilómetros sobre la superficie de ésta. En este sentido, la primera misión se lanzó en mayo de 2020 desde Tanegashima, en Japón. Fue un proyecto conjunto con la agencia espacial japonesa JAXA y la NASA. Supuso la demostración en órbita de la cámara iSIM-170, tecnología diseñada para microsatélites en torno a 80-100 kg.
Cuando hablamos de nanocámaras, ¿de qué medidas estamos hablando?
Para esta segunda misión, pondremos en órbita la iSIM-90, una cámara más pequeña que la anterior. Se trata de un desarrollo con dos canales ópticos (recuerda a los catalejos tradicionales que utilizamos para ver objetivos a distancia) de aproximadamente seis kilos de masa y que tiene el tamaño aproximado de una caja de zapatos o un tostador como los que podemos tener cualquiera de nosotros en casa.
¿Qué particularidad la hace especial esta vez?
La novedad de estas cámaras es que siguen el formato CubeSat, que como su nombre indica se trata de un satélite en forma de cubo, que es una filosofía de modelos al estilo cubo de Rubik. A base de superponer cubos de idénticas dimensiones (en este caso 10x10x10cm) se obtiene el tamaño final. Esto permite una fácil estandarización e integración de componentes y reducción de costes.
¿Cuál es el objetivo esta vez, qué va a observar?
Estas cámaras captan la luz y la transforman en imágenes, que tienen que ser procesadas y analizadas con ordenadores y técnicas especiales para extraer de ellas información que sea relevante para los distintos usuarios finales. En este caso, la cámara mirará hacia la Tierra y su capacidad de distinguir objetos de menos de dos metros nos permitirá identificar coches, carreteras o árboles desde la Estación Internacional Espacial, es decir, si miráramos a Bilbao desde una distancia en altura equivalente a la distancia entre Bilbao y Madrid o un poco más lejos, podríamos distinguir perfectamente este tipo de objetos como coches o carreteras, contenedores o barcos. Antes existían cámaras con esta capacidad de identificar objetos desde esa distancia pero no tan pequeñas. Con este equipo y con un algoritmo que hemos desarrollado en Satlantis, veremos imágenes detalladas.
¿De qué?
Concretamente, se podrán desarrollar servicios y aplicaciones que incluyan la vigilancia en tiempo cuasi-real de infraestructuras críticas para usos tanto públicos como privados como el ámbito de la seguridad pública (vigilancia de fronteras, monitorización de recursos energéticos y otras estructuras críticas), la civil (vigilancia de oleoductos y tuberías para el transporte de agua, monitorización de smart cities, oagricultura de precisión), el sector medioambiental (detección de emisiones de gases de efecto invernadero -metano-desastres marítimos y costeros (derrame de petróleo y contaminación por el lavado de tanques de buques), pesca ilegal, inventario forestal, y fuegos incontrolados), o la Industria del Gas y el Petróleo (vigilancia de conductos de gas y petróleo, refinerías, plantas y pozos mar adentro, tendidos de alta tensión, plantas nucleares, ductos de agua continentales, y canales y otras plantas marítimas…). Además, la novedad con respecto a nuestra misión anterior es que veremos las imágenes en color y podremos apuntar el objetivo a observar.
¿Cuándo está previsto que dure el viaje hasta la Estación Espacial Internacional y su posterior acoplamiento al módulo norteamericano?
Como he señalado con anterioridad, la nave de carga Dragon se lanzará desde Cabo Cañaveral el 21 de diciembre y tardará apenas 24 horas en llegar a la ISS y acoplarse al segmento americano de la Estación. La cápsula Dragon volverá a Tierra un mes después, mientras que el 8 de enero el brazo robótico cogerá el experimento y lo instalará directamente en la estructura de la ISS donde permanecerá un tiempo, probablemente entre 1 y 2 años de operaciones. Éstas, por su parte, comenzarán el 10 de enero para asegurar el correcto funcionamiento del instrumento y a partir de mitad de febrero se iniciarán las operaciones rutinarias de adquisición de imágenes.
¿Se puede cuantificar el tiempo que ha costado al equipo llevar a cabo con éxito este proyecto?
El desarrollo de la cámara ha durado aproximadamente dos años hasta el envío del modelo de vuelo, que ocurrió en septiembre de 2020, es decir, hace más de un año. Esto ha conllevado un trabajo riguroso del equipo de ingeniería (mecánica, electrónica, óptica y procesado) y optimización de la producción. Una vez enviado a Florida (EEUU) se procedió a posteriores etapas de verificación, integración en el instrumento final y ensayos de validación. Integración del resto de instrumentos de la misión en el pallet y campaña de ensayos. Integración en el lanzado. Actualmente, Space X solicita las cargas de pago con tres meses de antelación para evitar posible sorpresas de última hora. Se trata de un modelo tradicional con plazos largos y precisamente en nuestro caso ofrecemos al mercado una reducción drástica de los plazos con entregas en torno a un año, lo cual nos permite llevar el conocimiento científico más rápido al espacio.
¿Y después de este nuevo hito, qué?, ¿cuál es la próxima misión?
Nuestro plan estratégico actual se construye en torno a seis misiones. Las dos primeras ya las hemos comentado y la siguiente, la tercera, será lanzada en junio de 2022 también con Space X. En ese caso será un satélite Cubesat de 16U que ha sido bautizado con el nombre de Urdaneta y que llevará a bordo una cámara iSIM-90 para ofrecer imágenes de 1.65m de resolución de Euskadi desde 550 kms. de altitud. También para el año que viene está previsto que tomemos parte en la misión Mantis, de la ESA, donde somos proveedores de la cámara óptica para una misión que inspeccionará infraestructura de empresas dedicadas a la extracción de gas y petróleo.
La detección y medición de gases perjudiciales como el metano también se encuentra en la órbita de Satlantis…
Efectivamente. Otro de los proyectos en los que estamos inmersos se llama GEI-SAT, que es un satélite de gas de efecto invernadero y que tendrá como objetivo científico-técnico la detección y medición de emisiones puntuales de metano. El metano es un gas de efecto invernadero 80 veces más nocivo que el dióxido de carbono y las Naciones Unidas, la Comisión Europea y los organismos internacionales están regulando dichas emisiones para frenar el avance de la contaminación a la atmósfera. Este compromiso es un compromiso técnico y financiero con nuestro inversor líder, Enagás, responsable del transporte gasístico en España. Esta misión será de nuevo un CubeSat 16U y será el precursor de la sexta misión. Está en fase de desarrollo y su lanzamiento está previsto para abril de 2023.
A título de balance: ¿ha sido 2021 un buen año para Satlantis?
Sí, lo ha sido. Hemos sido capaces de superar muchos hitos. En el bloque de negocio, por ejemplo, hemos cerrado la segunda ronda de financiación (16,5 millones de euros) liderada por Enagás y a la que se ha sumado el CDTI, que juega el rol de Agencia Espacial Nacional. En el apartado de cuentas, hemos tenido un buen cierre de año con una facturación de más de seis millones de euros, mientras que en la cuestión más vinculada con los recursos humanos, hemos seguido creciendo en plantilla, incorporando talento y sumando ya 55 personas.
¿Infraestructuras y tecnología también han registrado parámetros tan positivos?
En el bloque de infraestructura estamos ampliando nuestras instalaciones para poder albergar nuestros satélites, aumentando puestos de trabajo y laboratorios, pasando de 640 m2 a 1.000 m2. Hemos comenzado el proceso de internacionalización y acabamos de desplazar a una persona a UK para activar allí Satlantis UK. Por su parte, en el bloque tecnológico hemos abierto nuestra tercera línea de producto con una cámara de alta innovación y hemos finalizado nuestro primer proyecto de misión completa.
¿Qué le espera a la compañía en 2022?
Esperamos seguir creciendo en cuanto a facturación. En este sentido, vamos a consolidar el proceso de internacionalización tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, donde esperamos cerrar en las próximas semanas una operación importante. También está entre nuestros objetivos lanzar nuestra primera misión y, por su puesto, seguir el desarrollo tecnológico, incorporando nuevos productos a nuestro portfolio.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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