Suministros Mugarra es una empresa vizcaína que ofrece equipos de protección laboral personalizados, principalmente a la industria pesada. Sus retos pasan por la digitalización de la compañía. La firma ha recibido una ayuda del programa de Inteligencia Artificial del Grupo SPRI, que tiene como objetivo apoyar proyectos basados en el uso de IA en empresas del País Vasco.
La empresa surge en 1989 en Durango, en otra ubicación diferente a la actual. Se dedicaba inicialmente a proporcionar sistemas de protección laboral y también suministro industrial. En 1997, cuando eran solo tres trabajadores, entra el actual gerente y, al de unos años, la compañía empieza a centrarse en la protección laboral.
En 2002 nace Sekurlan, “que es la unión de dos competidores, nosotros y Ostolaza Zumaia, y empezamos a hacer más cosas. Nos sirve para fortalecer la empresa en el mercado, pero se mantiene la actividad”, explican Eñaut Balier, gerente, y Cristina Martínez, responsable de administración.
Suministros Mugarra ofrece servicios a la industria relacionadas con la protección en el entorno laboral. “Proporcionamos vestuario, calzado, sistemas de detección, servicios de lavandería (especializada en lavado y tratamiento de equipos de protección), máquinas de epis. Damos un servicio integral desde la venta hasta renting en todos los ámbitos, para que el cliente que no tenga que comprar nada relacionado con la protección del trabajador”. Así, realizan montajes llave en mano de las llamadas líneas de vida y de proyectos de señalización.
Se trata de un producto muy personalizado. “Las empresas quieren que sea con su serigrafia, nombre. Ofrecemos ropa en colores diferentes, si es ignifuga o no”. El mercado de la protección laboral está en permanente evolución “y ahora se busca que el producto sea ecológico, que es lo que va a sacudir el mercado los próximos años”.
El sector de la protección laboral está muy maduro, según afirman. “Hay mucho intrusismo, cualquiera te vende una bota. En la pandemia, fuimos unos de los pocos negocios que seguimos abiertos. Es un mercado con márgenes muy ajustados y hay una guerra terrible de precios. Pero está en auge, cada vez se miran mejores materiales para los zapatos”.
Los clientes provienen principalmente de la industria pesada: acerías, fundiciones, metalúrgicos, alimentación, distribución de frío. Y también trabajan para ayuntamientos. Cerca del 70% del negocio se localiza en Euskadi. “Lo que vendemos en el extranjero es por empresas de aquí que tienen otras plantas en el extranjero, principalmente en Italia, Francia, Portugal y Bélgica”.
La plantilla se eleva ahora a 23 personas y prevén alcanzar este año una facturación de alrededor de 7,5 millones euros.
La ayuda recibida del Grupo SPRI del programa de Inteligencia Artificial Aplicada se ha dedicado a digitalizar los procesos internos, desde la entrada de pedidos de clientes hasta las facturas de proveedores. “Se trata de que la inteligencia artificial nos lea los pedidos, nos lo vuelque a un borrador de pedido y eso lo pasa a pedido para el almacén. Facilita y reduce el tiempo y permite que el empleado encargado de estas tareas pueda hacer otras cosas. Dar mayor añadido al trabajador. Queremos digitalizar todas las facturas y albaranes”.
Los retos de la compañía pasar por digitalizar los procesos internos y dar respuesta a las exigencias del mercado. “Antes tenías un pedido y en dos o tres días no te decían nada. Ahora te exigen un plazo de entrega según los tramitas”. Ese plan de digitalización es un proyecto ambicioso, “porque al mes hacemos 1.000 facturas y contabilizamos otras 500 de proveedores. El archivo en papel es una locura. Si reducimos el 50%, ya nos conformamos”.
El Grupo SPRI da la oportunidad a las empresas vascas de informar sobre su actividad en sus canales propios. Si tu proyecto está relacionado con nuestras temáticas (I+D+i, digitalización, internacionalización, emprendimiento, innovación…) puedes participar en la iniciativa Hablamos de ti.
Para pymes, para diversificar mercados, becas en el extranjero, licitaciones internacionales, subvenciones a fondo perdido para afianzar la exportación, ayudas para implantaciones o formación específica en internacionalización.
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